¿Cómo aprender a soltar? Empezaremos por definir lo que entendemos por soltar. Muchas personas nos hablan de soltar aquello con lo que no somos felices.
Pero, ¿Qué es realmente soltar? En ocasiones, pensamos que soltar se trata de cortar físicamente con todo lo que nos molesta. Aunque, si somos objetivos, todas las personas harán algo que nos lastime o nos moleste en algún punto de nuestra vida. Para mejorar nuestras relaciones, también es necesario aprender a comunicarnos, pero, ese es tema para otro artículo.
Así que, definiremos soltar como, “el no someterse a la emoción”. Ya que, estamos hablando de un tema únicamente emocional.
Enseñanza budista sobre cómo aprender a soltar
Una de las enseñanzas budistas nos dice que: “si suprimes el deseo, suprimes el sufrimiento , por lo tanto, solamente tú eres responsable por tu sufrimiento”. Recuerdo que, cuando leí esto por primera vez, mi cabeza entró en shock. “Yo no sufro porque quiero, sufro porque esto me ha pasado y no, yo no lo elegí”. Y me tomo un largo tiempo entender esa verdad.
Si, obviamente muchas de las situaciones que vivimos no son producto de nuestra elección. Pero en la mayoría, nosotros tenemos una responsabilidad. Como ya lo hablamos en el artículo anterior. Después de entender cuál ha sido nuestra responsabilidad en ese evento. Llega el momento de deshacernos de las emociones que esto nos produce.
Es necesario aprender a ser amables con nosotros mismos. Hablarnos como si le estuviéramos hablando a alguna persona que nos importa mucho. Dejar de lado esa necesidad de sentir que no podemos equivocarnos. Dejar de pensar que sentir tristeza o dolor es algo que está mal.
Gestionar emociones correctamente
Es verdad que, concentrarnos demasiado tiempo en esas emociones nos puede producir algún padecimiento como depresión. Pero también es verdad que, ignorar nuestras emociones tampoco nos va a ayudar en nada. Debemos de encontrar un equilibrio. Si hemos pasado por un evento difícil, no vamos a hacer una fiesta para celebrarlo. Es necesario aceptar que en ese momento está bien sentir enojo, tristeza, frustración. Y, debemos de saber identificar cada una de nuestras emociones y su causa.
Desafortunadamente, desde pequeños, nos enseñan que no debemos de estar tristes. Que sentir pena o dolor nos convierte en personas débiles. Por lo tanto, hacemos todo lo que se encuentra en nuestras manos para evitar aceptar lo que estamos sintiendo.
Cuando no hacemos una gestión correcta de nuestras emociones. Estas no son sanadas en un tiempo adecuado. Poco a poco se convierten en algo desagradable como amargura, depresión, rencor, deseos de venganza, etc…
Entonces, ¿Cómo aprender a soltar?
Por lo tanto soltar, en este caso, parte de la siguiente idea:
“Yo acepto esta emoción como algo válido de acuerdo a esta situación, pero también acepto que, esta emoción no se quedará conmigo para siempre”
Para aprender cómo soltar, comenzaremos a poner más atención en aquellas cosas que nos hacen sentir bien. Realizar actividades que nos resulten placenteras. Concentrarnos en crear hábitos, por muy pequeños que nos parezcan, que nos ayuden a mejorar alguna parte de nuestra vida.
Trabajar en el ¿porqué este evento me afecta tanto? Pensar en si realmente es algo que depende de nosotros. Si es algo que nosotros podemos cambiar. Preguntarnos, ¿lo que estoy haciendo realmente mejora esta situación? Si no es así, entonces evitaremos pensar de manera constante en el dolor que nos está causando.
Nos enfocaremos en identificar aquello que hemos aprendido al pasar por esto. Pero sobre todo, es necesario entender que nuestra vida cambia. Que ninguna situación va a permanecer de la misma forma para siempre. Así será más fácil aceptar cada evento que se nos presente.
Conclusión
Por último, soltar no significa que algo te deje de importar, es simplemente, aceptar que está ahí, como parte de tu vida, pero no permitir que eso te controle o te impida desarrollarte en otros aspectos. Recuerda que dicho evento ocurrió una sola vez. Por lo tanto, debes evitar reproducirlo una y otra vez en tu memoria. Porque entonces, lo que te daña ya no es el evento. Lo que te daña es la forma en la que estás reaccionando, tus pensamientos, tu propia mente y esas son cosas que sí puedes controlar.
No olvides revisar nuestros artículos sobre: ¿Cómo aceptarnos a nosotros mismos? y ¿Cómo volver a empezar?
